El pasado 7 de enero el mandatario estadounidense Donald Trump, a días de asumir la presidencia aseguró que no descartaba el uso de la fuerza militar para tomar el control del Canal de Panamá. Acusando al país centroamericano de imponer tarifas de paso excesivas a los barcos estadounidenses e insistió en el hecho de que China controla el canal. Esta afirmación, provocó que muchos se cuestionaran ¿por qué el interés en esa zona geográfica?

El mandatario panameño José Raúl Mulino, declaró que los peajes no se hacen al antojo de los presidentes y del administrador del canal, afirmando que estos se fijan en un proceso público y abierto en el que participan clientes y otros actores. Dejando en claro que “no” se reducirán los costos de los peajes por las quejas de presidente estadounidense.

No está claro hasta qué punto Trump se está tomando en serio su amenaza de reclamar el control sobre el canal, aunque no es la primera vez que el mandatario ha dio que Estados Unidos recibe un trato injusto. Cabe señalar que la zona que rodea el canal ha sufrido graves sequías, lo que ha reducido los niveles de agua y ha dificultado su correcto funcionamiento, por lo que las autoridades establecieron restricciones al tráfico e impusieron tarifas más elevadas, las cuales paren formar parte del problema de Trump por el canal.

Estados unidos lo construyó entre 1904 y 1914, el cuál estuvo bajó su administración hasta 1999. En la administración del presidente Jimmy Carter y el jefe de Gobierno de Panamá, Omar Torrijos, se firma el Tratado Torrijos-Carter, por el cual se devolvía a Panamá el control completo de todo el territorio del canal el 31 de diciembre de 1999.

Existen otros tratados relativos a la neutralidad permanente firmados por ambos países en 1977 los cuales son de “obligatorio” cumplimiento y  que además contribuyeron al fin del tratado Hay-Bunau Varilla de 1903 que le dio a Estados Unidos los derechos de perpetuidad para construir el canal iniciado por los franceses.