Las subidas arancelarias afectarán a autos eléctricos, instrumentos médicos, baterías, semiconductores y algunos productos de acero y aluminio a partir de este mismo año, según informó la Casa Blanca. En un intento de combatir lo que cree prácticas comerciales desleales y para “proteger” empleos en Estados Unidos.

Fuente: EL ECONOMISTA

Siller planteó que México tiene ventajas comparativas, como ser el primer socio comercial de Estados Unidos, por la vecindad de ambos países y por contar los dos con un tratado de libre comercio, junto con Canadá (T-MEC).

“China está implementando la misma estrategia que ha usado antes para impulsar su propio crecimiento a expensas de los demás, […] inundando los mercados mundiales con exportaciones que están infravaloradas debido a prácticas desleales”,
Dijo Lael Brainard, asesor económico de la Casa Blanca, en una llamada a periodistas.

“Las empresas estadounidenses ahora están luchando por competir con suministros a bajo precio fabricados en China que se comercializan en el mercado, a veces de tan mala calidad que pueden generar preocupaciones”, dijo la Casa Blanca.

Simultáneamente, la guerra comercial entre Estados Unidos y China comienza a ir más allá de las regulaciones del intercambio de productos y sus reglas de origen, comentó Alejandro Gómez Strozzi, socio de la consultoría estadounidense Foley Arena.

“Debemos poner atención no a dónde está producida la tecnología, sino eventualmente quién controla esa tecnología, para saber si eso va a ser relevante para la exportación a Estados Unidos, porque en adición o por encima de las reglas de origen, está quién controla esa tecnología”, dijo Gómez Strozzi.

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